El CEO de Duolingo dice que la IA enseña mejor que los humanos, pero que las escuelas seguirán existiendo "porque todavía se necesitan guarderías"

¿El fin del aula como la conocemos?

“En última instancia, no estoy seguro de que haya algo que las computadoras no puedan enseñarte”, dijo recientemente Luis von Ahn, fundador y director ejecutivo de Duolingo, en el podcast No Priors.

Y no lo dice al pasar. Von Ahn ha apostado con fuerza por la inteligencia artificial. De hecho, el mes pasado anunció que la compañía reemplazaría de forma permanente a gran parte de sus trabajadores por sistemas de IA.

“Es poco probable que contratemos a personas para hacer trabajos que la inteligencia artificial ya puede realizar correctamente”, afirmó.

Con una comunidad de 116 millones de usuarios mensuales, Duolingo ha recopilado una enorme cantidad de datos sobre cómo aprenden las personas: qué las motiva, qué las frustra y qué les permite sostener el interés a largo plazo. Incluso, asegura Von Ahn, el sistema puede predecir con bastante precisión qué tan bien le irá a un usuario en un examen antes de que lo rinda.

Según el CEO, la capacidad de la IA para personalizar el aprendizaje hará que la mayor parte de la enseñanza sea realizada por computadoras en las próximas décadas.

“Eso no significa que los profesores vayan a desaparecer; todavía se necesita gente que cuide a los estudiantes”, aclaró. “Tampoco creo que las escuelas vayan a desaparecer, porque todavía se necesita cuidado infantil”.

Von Ahn reconoce que el modelo de Duolingo —basado en ejercicios y cuestionarios— no es adecuado para todos los niños ni para todas las asignaturas. Sin embargo, cree que es solo cuestión de tiempo para que, gracias a los avances en inteligencia artificial, la balanza termine inclinándose hacia el otro lado.

También se refirió a la falta de personalización en la enseñanza tradicional: “Si tienes a un profesor y 30 alumnos, es imposible que pueda brindar atención individualizada a cada uno. Pero una computadora sí puede. Y puede saber con precisión en qué destacas y en qué no”.

Consultado sobre si las aulas del futuro se parecerán más a guarderías con Duolingo como profesor, respondió: “Creo que va a ser algo así. Aunque, en este nuevo escenario, los docentes no desaparecerán, pero su rol será otro: menos centrado en transmitir contenidos, y más enfocado en el cuidado y acompañamiento de los estudiantes”.

Al respecto, creo que el CEO de Duolingo está profundamente equivocado y por más futurista que parezca su discurso, no advierte que está cegado por los límites de su propio modelo de negocio.

Y es que alguna vez se pensó que la televisión reemplazaría a los profesores, permitiendo que los mejores expertos enseñaran en todas las aulas del mundo. Luego vino Internet, con la ilusión de que el acceso irrestricto al conocimiento bastaría para transformar la educación. Incluso con los libros se creyó que las personas ya no necesitarían a nadie más para aprender.

Pero nada de eso ha ocurrido. Porque enseñar no es solo transmitir información. Un docente no solo informa: también forma. Lo que convierte una clase en una buena clase no es la cantidad de datos aprendidos, sino la posibilidad de abrir conversaciones, confrontar ideas, tender puentes entre lo que ocurre en la escuela y lo que sucede fuera de ella; de compartir valores, identidades, formas de ver y habitar el mundo a través de lo que se enseña.

Y eso jamás lo podrá dar una computadora.