Una nueva forma de amar
Alicia Wang vive sola en Shanghái. Tiene 32 años, trabaja como editora, y ha gastado más de 5.000 dólares en una aplicación de novios virtuales. Sí, cinco mil. Todo por estar con Zayne, un cirujano de 27 años, guapo, atento, que le responde siempre rápido y escucha con paciencia cada vez que le cuenta cómo fue su día.
Zayne, por supuesto, no existe físicamente. Es un personaje generado por inteligencia artificial en Love and Deepspace, una app de citas virtuales que ha conquistado a millones de personas con su promesa de compañía.
Alicia incluso celebró San Valentín con él. Tuvieron una videollamada en la que Zayne la invitó a un taller de alfombras tejidas a mano. Más tarde, asistieron —juntos— a un espectáculo de baile. Todo, desde su celular.
“Jugar a este juego me hace sentir bendecida y feliz. Vivo sola en una gran ciudad, y es una gran fuente de compañía”, le contó a Forbes.
Sisi Liu también juega todos los días. Tiene 36 años, está casada y aun así le escribe a Sylus, su novio virtual, durante el almuerzo. “Te recuerda cómo te sientes cuando te enamoras por primera vez”, dice. Hasta ahora ha gastado más de 280 dólares.
“El juego crea vínculos fuertes entre los jugadores y sus personajes, lo que se traduce en participación, retención y monetización”, explica Samuel Aune, analista de rendimiento y crecimiento de aplicaciones móviles a nivel global.
Y funciona. En apenas un año, Love and Deepspace ya acumula más de seis millones de usuarios activos al mes y está valorada en más de 1.300 millones de dólares.
¿Será que estamos presenciando los albores de una nueva forma de amar?